«Desde el día en que el hombre empieza a expresarse diciendo yo, saca a relucir su querido sí mismo allí donde se le permite, y el egoísmo progresa inconteniblemente; si bien no de modo patente (pues entonces se le opone el egoísmo de otros), al menos encubierto bajo una simulada negación de sí mismo y una pretendida modestia, para hacerse valer de preferencia con tanto mayor seguridad en el juicio ajeno.
El egoísmo puede encerrar tres clases de arrogancia: la del entendimiento, la del gusto y la del interés práctico; esto es, puede ser lógico o estético o práctico.
1. s. m.Actituddelqueestáconvencido de su valía o belleza y presume de ellasiempre te hascreídosuperior, esincreíble tu orgullo.altivez, arroganciamodestia
2. Sentimiento de satisfacciónporcosaspropias a lasque se atribuyeméritosiente un granorgulloporsushijos.
3. Respeto y estimaqueunapersonasientepor sí mismono me humillaréanteellapororgullo.amor propio, autoestima
m.Exceso de estimaciónpropia y de lospropiosméritos,por el cual se creeunosuperior a losdemás.
Sentimientolegítimo de la propiaestimación.
(oɾ'γuʎo) sustantivomasculino
1. exceso de estimaciónhaciaunomismoEl orgullo no es un malconsejero.
2. satisfacciónpersonalporalgopropio o ajenoque se considerameritorioSuspalabras lo llenaron de orgullo.
3. persona o cosaqueproduce un sentimiento de satisfacciónel orgullo de la casa
ALTANERO
wikipedia
Altanero es una cualidad que tiene una connotación negativa, un adjetivo calificativo que se aplica a las personas arrogantes, soberbias, que denotan una actitud de superioridad frente las demás. Por su significado etimológico, el término se compone de la raíz altus que deriva de altar o altar-is, que significa plataforma elevada. Una persona altanera es vanidosa, engreída y pedante, con excesivo orgullo respecto de sí misma, características todas que son contrarias a las de la humildad.
Del latín superbĭa, la soberbiaes definida por la Real Academia Española (RAE)como el apetito desordenado de ser preferido a otros. El concepto puede asociarse a la altivez, el engreimiento, la presunción y la petulancia. Por ejemplo: “El actor mostró nuevamente su soberbia al negarse a saludar a los fanáticos que lo estaban esperando a la salida del canal”, “No tiene una pizca de soberbia, pese a que es uno de los artistas más aclamados del mundo”, “Si no consiguió el puesto, fue por su soberbia”.
La humildad no es un simple comportamiento exterior, actuado, fingido a veces,
aprendido, otras. Surge de la interioridad de cada ser que la posee y se caracteriza por la
capacidad de “asumir los errores y defectos propios”.
Ser humilde no significa humillarse, rebajarse ni negar las propias virtudes o
capacidades, pues se haría énfasis en uno solo de los polos, el de asumir los defectos,
que también implica humildad, pero para ser auténtica, la humildad no debe ser
consecuencia de la baja autoestima o de la mala opinión que se tiene de sí mismo, o de
la necesidad masoquista de sentirse inferior. Reconocer los defectos no es buscarse
defectos, culparse de todo, exhibir los vicios.
Es poseer el sereno equilibrio, la integrada
visión de la existencia, en que se percibe lo bueno y lo malo de las cosas al mismo
tiempo. Para ser humilde también se pueden asumir las propias virtudes, sin vanidad ni
falso orgullo. Negar las propias virtudes es una forma de vanidad, pues con ello se
espera que el otro proteste y exalte esas virtudes negadas por nosotros.
Estábamos convencidos que la humildad era la virtud de ser capaz de reconocer los
propios defectos y logros y actuar en consecuencia. O “la virtud de aceptarnos con
nuestras habilidades y nuestros defectos, sin vanagloriarnos por ellos”. Pero consultados
los diccionarios unos hablan de que la humildad es “el conocimiento de las propias
limitaciones y debilidades”; “virtud de asumir los defectos y errores propios”:
“capacidad de aceptar los propios errores y defectos”. Y la “capacidad de restar
importancia a los logros y virtudes”. El Diccionario de la Real Academia Española del
2005 dice: “Actitud que no presume de sus logros, reconoce sus fracasos y debilidades y
actúa sin orgullo”. La humildad, pues; tiene que ver más con reconocer nuestros errores
que con reconocer nuestros aciertos.
Ramón Acevedo es un médico psiquiatra con un profundo amor y vocación de servicio por sus pacientes y por Medellín. Es una persona honesta, respetuosa, tolerante, responsable y solidaria; un líder incansable que día a día trabaja con la convicción de construir y consolidar una Medellínmás justa e incluyente, de todos y para todos.
Comparte su vida desde hace 30 años con su esposa Esperanza, quien siendo abogada se ha dedicado a trabajar por la familia y la niñez, convirtiéndose en la compañera de todas sus luchas sociales. Es el papá de Paola Andrea y Laura Catalina, dos jóvenes estudiosas, amantes del arte y defensoras de los animales.
Su profesión de médico psiquiatra ha guiado la labor de toda su vida y le ha permitido conocer muy bien los problemas sociales por cuya solución ahora trabaja desde el Concejo de Medellín.
Trabajó en Risaralda en su pueblo natal Apía, donde se desempeñó como médico rural, creando el primer grupo de la tercera edad y de voluntariado para apoyar las labores del Hospital en beneficio de los más necesitados del municipio, organizaciones y grupos que aun hoy persisten; y posteriormente fue director del Hospital San José de Marsella, donde desarrolló una eficiente labor en el campo de la administración y de la salud pública, siendo además miembro del Club de Leones y Capitán honorario del Cuerpo de Bomberos.
Estudió especialización de psiquiatría en la Universidad de Antioquia y en gerencia pública en la Universidad Cooperativa de Colombia y cursó una diplomatura en conductas adictivas en la Universidad del Rosario.
Trabajó en el Hospital Mental de Antioquia, coordinando el Servicio de Alcoholismo y Hospital de día; en el Instituto de Medicina Legal y ciencias forenses como coordinador del área psiquiátrica y fundó y gerenció la ESE Carisma; fue Subgerente de la E.S.E. Rafael Uribe Uribe, del entonces Seguro Social y se ha desempeñado como psiquiatra en la clínica Samein.
Como Gerente de Carisma desarrolló en la ciudad de Medellín, en el departamento de Antioquia y en Colombia múltiples programas de promoción de la salud y prevención de la farmacodependencia, diseñó y puso en funcionamiento el programa de Comunidad Terapéutica con énfasis en Salud Mental, pionero en la rehabilitación de drogadictos y con el cual se han recuperado miles de jóvenes.
Ha sido un defensor de los trabajadores de la salud y de las comunidades terapéuticas, para que le sean respetados sus derechos laborales y sobre todo su dignidad.
Se ha dedicado a la docencia en diferentes centros de educación superior de Medellín, como la Universidad de Antioquia en el postgrado de Ciencias Forenses, en la Universidad de Medellín en el postgrado de derecho penal y criminología, en la Universidad Autónoma Latinoamericana en el postgrado de derecho penal, en la Universidad Luis Amigó en el postgrado de farmacodependencia, en la Universidad San Buenaventura en el postgrado de contextualización psicosocial del crimen y desde hace 22 años es profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana en el postgrado de Psiquiatría.
Fue el creador y conductor del programa de televisión “Una Ventana a la Vida” de Teleantioquia, fue columnista del periódico el Colombiano, escribiendo la columna “Vivir con Carisma” y desde hace más de cuatro años es copresentador del programa “Sanamente” del canal TeleVida.
Ha sido conferencista en múltiples foros académicos en el país, ha publicado múltiples artículos científicos y libros relacionados con el temas del alcoholismo y las adicciones, fue asesor en temas de salud mental y adicciones del Ministerio de la protección social, antes Ministerio de salud y de la Dirección Nacional de Estupefacientes.
Ha sido presidente de la Asociación Antioqueña de Psiquiatría y del Club Rotario de Envigado.
Es Concejal de la ciudad de Medellín desde 2006, corporación donde ha ocupado el cargo de Vicepresidente II y en dos ocasiones ha sido el Presidente de la Comisión Primera.
Con hechos desde la corporación ha trabajado por el bienestar de la ciudad, liderando el acuerdo 22 del 2007 por medio del cual se establece una política pública para la defensa de los animales en Medellín, política que ha convertido a Medellín en la ciudad de Colombia y de América Latina con el proyecto más desarrollado para la defensa del bienestar animal, igualmente fue el proponente y coordinador de ponentes de los acuerdos 86 del 2009 y del 20 del 2011 por medio de los cuales se crean las políticas públicas de discapacidad y de salud mental y adicciones del Municipio de Medellín, fundamentales para la inclusión de sectores de la población vulnerados y marginados en nuestra ciudad.
Ha apoyado todas las iniciativas relacionadas con la salud, la educación, la recreación, el arte, la cultura y el deporte; igualmente todas las iniciativas relacionadas con los problemas de niñez y adolescencia, con los adultos mayores, con las mujeres cabezas de familia; las relacionadas con la defensa del medio ambiente, la seguridad, la movilidad, el empleo, la innovación y la tecnología.